Querida Ijeawele by Chimamanda Ngozi Adichie

Querida Ijeawele by Chimamanda Ngozi Adichie

autor:Chimamanda Ngozi Adichie [Adichie, Chimamanda Ngozi]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Divulgación, Padres e hijos
editor: ePubLibre
publicado: 2016-01-01T05:00:00+00:00


OCTAVA SUGERENCIA

Enséñale a rechazar la obligación de gustar. Su trabajo no es ser deseable, su trabajo es realizarse plenamente en un ser que sea sincero y consciente de la humanidad del resto de la gente. Recuerda cuánto me entristecía que nuestra amiga Chioma me advirtiera a menudo que «a la gente» no le «gustaría» lo que yo quería decir o hacer. Siempre me transmitía una presión tácita para que cambiara y encajara en el mismo molde que agradaría a una entidad amorfa llamada «gente». Me entristecía porque queremos que nuestros seres más próximos nos animen a ser auténticos.

Por favor, no presiones así a tu hija. Enseñamos a las niñas a gustar, a ser buenas, a ser falsas. Y no enseñamos lo mismo a los niños. Es peligroso. Muchos depredadores sexuales se han aprovechado de este hecho. Muchas niñas callan cuando abusan de ellas porque quieren agradar. Muchas niñas dedican demasiado tiempo a tratar de ser «buenas» con la gente que les hace daño. Muchas niñas piensan en los «sentimientos» de quienes las agreden. Es la consecuencia catastrófica de la obligación de gustar. Tenemos un mundo lleno de mujeres que son incapaces de respirar tranquilamente porque durante demasiado tiempo las han condicionado para que se plieguen a unas formas que las harán deseables.

Así que en lugar de enseñar a Chizalum a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable.

Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad, a decir la verdad. Y luego, alábala cuando lo haga. Alábala sobre todo cuando se plante en una cuestión difícil o impopular porque resulta que es su opinión sincera. Cuéntale que la amabilidad importa. Alábala cuando se muestre amable con el prójimo. Pero enséñale que la amabilidad nunca debe darse por sentada. Dile que ella también merece la amabilidad ajena. Enséñale a defender lo que es suyo. Si otro niño le coge un juguete sin permiso, pídele que lo recupere, porque su consentimiento importa. Dile que, si algo la incomoda, se queje, lo diga, grite.

Demuéstrale que no necesita gustarle a todo el mundo. Dile que si no le gusta a alguien, habrá otras personas a las que sí les gustará. Enséñale que no es meramente un objeto que guste o no guste, es también un sujeto al que pueden gustarle o no gustarle los demás. En la adolescencia, si vuelve a casa llorando porque no gusta a los chicos, hazle saber que puede elegir no ser del agrado de esos chicos (sí, cuesta, lo sé, me basta con recordar cómo me enamoré de Nnamdi en secundaria).

Aun así, desearía que alguien me lo hubiera dicho.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.